Hace ya casi dos meses que escribí sobre la lluvia torrencial chadiana, quizás con algo de temor por poder terminar con el hospital inundado por el rio según avanzara la estación de lluvias. En ese momento no pensé que acabaría escribiendo a poco tiempo de volver sobre todo lo contrario, la sequía.
Tchad es un pais grande, de 1.284.000 km2, con tres zonas climáticas diferenciadas: al norte el desierto del Sahara (con su zona más árida, Borkou, situada en este pais), el cinturón del Sahel en el centro, y la sabana sudanesa, más fértil, al sur.
Situada en el norte de Africa central y con vecinos como Libia (norte), Sudán (este), República Centroafricana (sur), Camerón, Nigeria y Níger (oeste), se le ha llegado a dar el nombre de "el corazón muerto de Africa", y bueno, esto nos dar una imagen de lo que nos podemos encontrar aqui (pero para nada una imagen de la gente que vive aquí).
En Tchad, no existen las estaciones climáticas como las conocemos típicamente, aquí sólo hay dos estaciones: la seca y la de lluvias (esta útima se extiende aproximadamente de Junio a Septiembre, algo más en el sur).
Con mi llegada en Junio, llegaba también la ansiada bajada de temperaturas (que superan los 40ºC en Abril y Mayo) y las lluvias que devolverían la escasa fertilidad a la tierra. Todos nos advertían de la crecida anual del río, de las inundaciones en el campo y la ciudad y de las largas horas de lluvia que apenas cesarían en días. Pero esas lluvias nunca llegaron y las tormentas que han insinuado que nos encontramos en plena estación húmeda se pueden contar con los dedos de las manos.
El calor húmedo continua siendo la mayoría de los días insoportable, y de vez en cuanto el cielo se cubre de nubes y el viento huracanado amenaza a gritos con una tormenta de agua que casi nunca llega, y que cuando lo hace dura apenas un rato, quizás suficiente como para que las temperaturas bajen y consigamos respirar fuera de este "hammam" en el que vivimos, pero nunca tanto como para devolver la vida a estas áridas tierras.
Desde mi pequeña burbuja hospitalaria me cuesta mucho visualizar el alcance de esta sequía, ya que llueva o no llueva, mi comida sigue estando en la mesa cada día a su hora, y la nevera repleta de botellas con agua. Pero aún así no hace falta más que dar un pequeño paseo por los alrededores para observar como la arena está cada vez más seca y suelta, como si de una playa paradisiaca se tratara. Los pequeños huertecillos que hay junto a las casas y junto al rio, secos, áridos, con alguna que otra planta amarillenta que cualquiera de nosotros dudaría de si se trata de una planta comestible o si más bien es un arbusto silvestre. Y no se nos puede olvidar nunca que nos encontramos en la capital, que pobre o menos pobre, esta gente puede tener acceso a algún mercado (donde hay productos importados de Camerun, que se encuentra a pocos kilómetros de aquí) a algún pozo, o al agua del río... pero ¿qué pasa con aquellas comunidades que se encuentran alejadas de la ciudad, de los rios, del lago Chad...?
El lago Chad..ese lago situado entre las fronteras de Chad, Camerún, Nigeria y Niger, que constituye el segundo cuerpo de agua más grande de Africa (suministra agua a unos 20 millones personas y a otros muchos animales que son fuente de carne y leche, irriga los cultivos y provee pescado) y que en los últimos 50 años ha disminuido su tamaño a menos del 10%. ¿Qué ocurre cuando este agua no se renueva, y comienza a ser tan escasa que no hay suficientes cultivos y pescado para alimentar a la población? Cada día que pasa sin llover, las tierras de estas gentes se secan un poquito más, al igual que sus esperanzas.
Esta situación es mucho más drástica en la mitad norte del país, en los terrenos del Sahel y del Sahara, donde de por sí, llueve poco incluso en la estación húmeda. Aquí, la población en muchos lugares es nómada, por la imposibilidad de desarrolar la agricultura y la ganaderia, y es bastante frecuente que se produzcan hambrunas y desnutrición severa. Este problema se agrava si le sumamos los conflictos internos del país, los problemas de migración bilateral en la frontera este con Sudán (Darfur) y la reciente guerra de Libia, que ha hecho que tanto chadianos emigrados como libios tengan que salir del país y entrar en un Chad arrasado por la sequía. En el norte, familias que ya tenían problemas para subsistir, se encuentran ahora con una falta de lluvias y con que las bocas a alimentar son más debido a estas migraciones de guerra.
Recientemente estamos viendo en las noticias (y no es que yo las vea mucho...) las consecuencias de una de las peores sequías de los últimos 60 años en el cuerno de Africa (Somalia, Etiopía, Djibuti, Kenia..). A mí, aún viviendo ahora en Africa, me es muy dificil imaginar el alcance de esta tragedia. Lo único que puedo decir es que nos puede parecer como un cuento, algo lejano e incomprensible, pero esta pasando delante de nuestros ojos, a tan sólo unas horas de nuestra casa en un avión de Air France. Yo no vivo esa desesperación por un bien tan básico como es el agua, pero si puedo sentirla en el ambiente, y verlo en los ojos de la gente que no deja de mirar el cielo.
Para terminar haciendo referencia al título de este post, que es también el título de una película que os recomiendo, me pregunto que si a esta gente que no tiene nada, que son afortunados si comen una o dos veces al día (y siempre lo mismo), que tienen que sufrir la muerte de sus propios hijos varias veces en la vida, que no pueden permitirse la visita al médico (si es que hay médico) o el tratamiento que éste le prescribe...si a esta gente, le quitamos también la lluvia, ¿que les queda?
Y como no me gusta terminar con una visión tan negativa, os contaré que hace dos días la mañana amaneció oscura como la noche y tuve que disfrutar de un paseo bajo la lluvia para llegar al hospital, y aunque ayer volvió a salir el sol, hoy no ha parado de llover en toda la mañana. Es domingo y podríamos estar ahora mismo en la piscina, pero... que llueva!! :)
Y por si a alguien le queda alguna duda de que me encuentro en “el corazón vivo de Africa”, aquí os presento a mi vecinito Jack corriendo en busca de caramelos. El ni se imagina cuánto voy a echar de menos sus saludo-maullidos de “ciao” por las mañanas :)
Tchad es un pais grande, de 1.284.000 km2, con tres zonas climáticas diferenciadas: al norte el desierto del Sahara (con su zona más árida, Borkou, situada en este pais), el cinturón del Sahel en el centro, y la sabana sudanesa, más fértil, al sur.
Situada en el norte de Africa central y con vecinos como Libia (norte), Sudán (este), República Centroafricana (sur), Camerón, Nigeria y Níger (oeste), se le ha llegado a dar el nombre de "el corazón muerto de Africa", y bueno, esto nos dar una imagen de lo que nos podemos encontrar aqui (pero para nada una imagen de la gente que vive aquí).
En Tchad, no existen las estaciones climáticas como las conocemos típicamente, aquí sólo hay dos estaciones: la seca y la de lluvias (esta útima se extiende aproximadamente de Junio a Septiembre, algo más en el sur).
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Sahel |
Con mi llegada en Junio, llegaba también la ansiada bajada de temperaturas (que superan los 40ºC en Abril y Mayo) y las lluvias que devolverían la escasa fertilidad a la tierra. Todos nos advertían de la crecida anual del río, de las inundaciones en el campo y la ciudad y de las largas horas de lluvia que apenas cesarían en días. Pero esas lluvias nunca llegaron y las tormentas que han insinuado que nos encontramos en plena estación húmeda se pueden contar con los dedos de las manos.
El calor húmedo continua siendo la mayoría de los días insoportable, y de vez en cuanto el cielo se cubre de nubes y el viento huracanado amenaza a gritos con una tormenta de agua que casi nunca llega, y que cuando lo hace dura apenas un rato, quizás suficiente como para que las temperaturas bajen y consigamos respirar fuera de este "hammam" en el que vivimos, pero nunca tanto como para devolver la vida a estas áridas tierras.
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Huerto junto a nuestra casa |
El lago Chad..ese lago situado entre las fronteras de Chad, Camerún, Nigeria y Niger, que constituye el segundo cuerpo de agua más grande de Africa (suministra agua a unos 20 millones personas y a otros muchos animales que son fuente de carne y leche, irriga los cultivos y provee pescado) y que en los últimos 50 años ha disminuido su tamaño a menos del 10%. ¿Qué ocurre cuando este agua no se renueva, y comienza a ser tan escasa que no hay suficientes cultivos y pescado para alimentar a la población? Cada día que pasa sin llover, las tierras de estas gentes se secan un poquito más, al igual que sus esperanzas.
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Cambios en el lago Chad |
Esta situación es mucho más drástica en la mitad norte del país, en los terrenos del Sahel y del Sahara, donde de por sí, llueve poco incluso en la estación húmeda. Aquí, la población en muchos lugares es nómada, por la imposibilidad de desarrolar la agricultura y la ganaderia, y es bastante frecuente que se produzcan hambrunas y desnutrición severa. Este problema se agrava si le sumamos los conflictos internos del país, los problemas de migración bilateral en la frontera este con Sudán (Darfur) y la reciente guerra de Libia, que ha hecho que tanto chadianos emigrados como libios tengan que salir del país y entrar en un Chad arrasado por la sequía. En el norte, familias que ya tenían problemas para subsistir, se encuentran ahora con una falta de lluvias y con que las bocas a alimentar son más debido a estas migraciones de guerra.

Para terminar haciendo referencia al título de este post, que es también el título de una película que os recomiendo, me pregunto que si a esta gente que no tiene nada, que son afortunados si comen una o dos veces al día (y siempre lo mismo), que tienen que sufrir la muerte de sus propios hijos varias veces en la vida, que no pueden permitirse la visita al médico (si es que hay médico) o el tratamiento que éste le prescribe...si a esta gente, le quitamos también la lluvia, ¿que les queda?
Y como no me gusta terminar con una visión tan negativa, os contaré que hace dos días la mañana amaneció oscura como la noche y tuve que disfrutar de un paseo bajo la lluvia para llegar al hospital, y aunque ayer volvió a salir el sol, hoy no ha parado de llover en toda la mañana. Es domingo y podríamos estar ahora mismo en la piscina, pero... que llueva!! :)
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¡¡Por fin la lluvia en el jardin!! |
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Diablo mojadito :) |
Y por si a alguien le queda alguna duda de que me encuentro en “el corazón vivo de Africa”, aquí os presento a mi vecinito Jack corriendo en busca de caramelos. El ni se imagina cuánto voy a echar de menos sus saludo-maullidos de “ciao” por las mañanas :)
2 comentarios:
¡ Que llueva, que llueva, la virgen de la cueva...
Adelante Carolina aunque el mismisimo Diós a veces es injusto, la naturaleza no lo es...
Un abrazo fraterno a todos vosotros, me dais una envidia terrible.
Saludos, Fernando.
Querida Carolina: Cada día lo haces mejor. Me encanta leer tus vivencias de ahí.
Que alegría que ya te vamos a ver pronto. Muchos besos.
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